La Sra. Jiménez llegó al país hace unos dos años desde la República Dominicana, buscando oportunidades tanto como para su hija. Estados Unidos es reconocido como la Tierra de Oportunidades; donde uno puede crecer como persona tanto a nivel profesional como económico para convertirse en alguien para la sociedad estadounidense. Pero, este no es un proceso que uno logra en cuestión de días, puede ser duro, y enfrentar muchos altercados, sobre todo como madre. “Enfrenté muchas barreras cuando llegué aquí, el estilo de vida y los aspectos culturales, pero la que más me afectó fue la barrera del idioma, puedo entender inglés pero me cuesta hablarlo, puede ser mucho y al mismo tiempo asegurandome de que mi Mi hija iba bien en su desarrollo escolar y en su vida social,” afirma Ana. El viaje de Ana no está exento de dificultades, con encuentros ocasionales de discriminación debido a su acento y mala pronunciación. Sin embargo, se niega a permitir que estos obstáculos apaguen su espíritu y acepta su acento como testimonio de su herencia cultural.
Mantener la herencia propia es importante, especialmente cuando uno se muda a un nuevo país. Ahora estarás viviendo en un país que no comparte los mismos antecedentes que usted. Por lo tanto, es importante tener siempre presente quién eres y de dónde vienes y asegurarte de transmitir este regalo a tus próximas generaciones. Ana practica mantener su identidad cultural visitando su país y celebrando sus celebraciones nacionales como el Día de la Independencia Dominicana y el “Carnaval,” pero principalmente sigue hablando español con sus familiares y en casa para no olvidar su primer idioma.
Muchos padres inmigrantes hacen sacrificios por sus hijos; ella define a la comunidad inmigrante como almas trabajadoras y valientes impulsadas por el deseo de crear una vida mejor para ellos y sus familias. “Vinimos aquí principalmente solos buscando un futuro mejor para nuestras familias y somos capaces de pasar por tantas cosas que podrían hacernos caer, pero aún así logramos superar estos obstáculos,” afirma la Sra. Jiménez. Para muchas familias hispanas como la de Ana, la búsqueda de educación y oportunidades laborales es la razón principal por la que la mayoría de las familias tienden a emigrar a los EE. UU. “Sólo espero que mis hijos sean buenas personas, y se conviertan en adultos preparados tanto en la vida como profesionalmente, haciendo las cosas que aman y así nunca preocuparme por las cosas que yo como madre tuve que pasar,” ella enfatiza.
Las esperanzas y aspiraciones de Ana para sus hijos resumen los sueños de muchos padres inmigrantes que se esfuerzan por brindar un futuro mejor a sus próximas generaciones.” El consejo que les daría a los padres de la comunidad inmigrante es que se mantengan enfocados en la meta, las cosas mejorarán, nos desarrollamos para lo mejor, y aunque a veces puede ser difícil, al final todo valdrá la pena cuando veas a tus hijos pasar esa etapa y obtener ese diploma.” A pesar de los desafíos que uno pueda enfrentar en el camino, la determinación y la resiliencia como la de Ana sirven como ejemplo del espíritu perdurable de la comunidad inmigrante.